La Escondida

es un lugar de encuentro. Un rincón cálido que aspira a ser anfitrión de reuniones memorables y buenos recuerdos; allí donde las personas volvemos a ser lo fundamental, la convivencia hace hogar y las palabras recobran aquella voz, tan silenciada por el ruido que nos acompaña invariablemente y día a día. La Escondida es, ante todo, ese refugio donde el reencuentro es el único fin.